-¡Guau, guau! -dijo.
Hablaba su propio idioma. Había logrado la suprema libertad. Ya quería alcanzar, con sus manos, objetos que estaban fuera del alcance de sus manos.”
XII
La madre de Marcial ya estaba a punto de dar a luz. Ella primeriza casada con un Márquez esperaba ansiosa la llegada de este hijo, al cual le esperaba una vida llena de títulos y propiedades.
Fue en una noche de invierno, en un cuarto sombrío de aquella casona que abrió los ojos este dulce niño llamado Marcial. Él con apenas unos días de vida, recordó lo que había sido antes; la casa, sus padres, sus mascotas, etc. Desde ese entonces supo cómo sería su historia, una vida larga, llena de aventuras, con muchos amigos y con una esposa que lo acompañaría hasta el final. Y se dio cuenta de lo que realmente significaba el fin de las cosas (muerte o nacimiento), es simplemente nada. Todo vuelve al polvo, a la nada.
Fin alternativo de Viaje a la semilla de Alejo CArpentier
Bien!
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